​Este es un homenaje a mi abuela Benita por su centenario, una mujer resiliente que tiene a sus espaldas la crianza de un hijo y una hija, una guerra civil, una dictadura y una pandemia mundial. La música y en especial la zarzuela, su gran pasión, ha orquestado una vida humilde que celebramos con este cortometraje.

​El rodaje se llevó a cabo con un equipo muy reducido e íntegramente familiar. El resultado es un documento que es ya patrimonio del archivo de la familia.

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